El miedo al dolor suele ser uno de las más frecuentes entre las mujeres embarazadas
Van pasando los meses y cada día estás más cerca de verle la carita a tu bebé: tienes la canastilla preparada, el nombre escogido y hasta le has comprado su primera ranita y pañales. Sin embargo, la recta final hacia el momento del parto no siempre se afronta con la misma entereza: muchas mamás, especialmente las primerizas, suelen sentir un cierto temor o respeto profundo hacia el momento de dar a luz. ¿Irá todo bien? ¿Surgirán complicaciones? ¿Nacerá sano mi bebé? ¿Sabré identificar una falsa alarma? ¿Cuáles son los peligros de la anestesia o de la episiotomía? Y, muy especialmente, ¿hasta qué punto dolerá traer un bebé al mundo?
.La preparación al parto, es por tanto, fundamental, para llegar a este mágico momento con toda la entereza e información posible. Consultar al médico o a la matrona todas las dudas que tengas, desde las más simples hasta las más embarazosas, supone un primer paso hacia tu propia tranquilidad y la de tu bebé. Las revistas y libros especializados, y las clases preparto son también excelentes fuentes de información, indispensables para aclarar cualquier tipo de incertidumbre. En estas clases, además, recibirás una preparación y ayuda extras para sentirte mejor física y anímicamente una vez llegado el momento: ya sea mediante ejercicios de respiración, o con las eficaces clases de yoga prenatal, la relajación es clave para mantener la calma, especialmente durante las contracciones (el período más doloroso), justo antes de recibir la anestesia epidural o raquídea.
Otro truco eficaz para combatir tus miedos es hablar, no ya sólo con tus médicos (que serán, en definitiva, quienes mejor te asesoren) sino con otras mujeres embarazadas o incluso aquellas que ya hayan pasado por un alumbramiento con anterioridad. Hablando descubrirás que no eres la única, y que las mismas dudas e inquietudes pasan por la cabeza de casi cualquier primeriza. Compartir tus temores con las más expertas te ayudara a afrontar el parto desde la perspectiva de quien ya sabe lo que es y por lo que se pasa. Eso sí, no te dejes influir en exceso por las experiencias negativas, y aprende a relativizar: muchas veces, lo peores tragos son los que más se recuerdan o sobresalen por encima del resto. Recuerda que el umbral del dolor es diferente para cada una.
Por último, y para curarte en salud, asegúrate de que cuidas tu dieta manteniendo una alimentación equilibrada, y practica de forma regular un ejercicio ligero como la natación o el aquagym. Mantener el estrés ‘a raya’ y controlar la ansiedad en tu día a día te ayudarán a llegar con la cabeza fría al momento del parto. Eso sí: antes de embarcarte en una actividad física de cualquier tipo, consulta antes con tu medico para que te aconseje cual sería la más adecuada para ti.
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Van pasando los meses y cada día estás más cerca de verle la carita a tu bebé: tienes la canastilla preparada, el nombre escogido y hasta le has comprado su primera ranita y pañales. Sin embargo, la recta final hacia el momento del parto no siempre se afronta con la misma entereza: muchas mamás, especialmente las primerizas, suelen sentir un cierto temor o respeto profundo hacia el momento de dar a luz. ¿Irá todo bien? ¿Surgirán complicaciones? ¿Nacerá sano mi bebé? ¿Sabré identificar una falsa alarma? ¿Cuáles son los peligros de la anestesia o de la episiotomía? Y, muy especialmente, ¿hasta qué punto dolerá traer un bebé al mundo?
.La preparación al parto, es por tanto, fundamental, para llegar a este mágico momento con toda la entereza e información posible. Consultar al médico o a la matrona todas las dudas que tengas, desde las más simples hasta las más embarazosas, supone un primer paso hacia tu propia tranquilidad y la de tu bebé. Las revistas y libros especializados, y las clases preparto son también excelentes fuentes de información, indispensables para aclarar cualquier tipo de incertidumbre. En estas clases, además, recibirás una preparación y ayuda extras para sentirte mejor física y anímicamente una vez llegado el momento: ya sea mediante ejercicios de respiración, o con las eficaces clases de yoga prenatal, la relajación es clave para mantener la calma, especialmente durante las contracciones (el período más doloroso), justo antes de recibir la anestesia epidural o raquídea.
Otro truco eficaz para combatir tus miedos es hablar, no ya sólo con tus médicos (que serán, en definitiva, quienes mejor te asesoren) sino con otras mujeres embarazadas o incluso aquellas que ya hayan pasado por un alumbramiento con anterioridad. Hablando descubrirás que no eres la única, y que las mismas dudas e inquietudes pasan por la cabeza de casi cualquier primeriza. Compartir tus temores con las más expertas te ayudara a afrontar el parto desde la perspectiva de quien ya sabe lo que es y por lo que se pasa. Eso sí, no te dejes influir en exceso por las experiencias negativas, y aprende a relativizar: muchas veces, lo peores tragos son los que más se recuerdan o sobresalen por encima del resto. Recuerda que el umbral del dolor es diferente para cada una.
Por último, y para curarte en salud, asegúrate de que cuidas tu dieta manteniendo una alimentación equilibrada, y practica de forma regular un ejercicio ligero como la natación o el aquagym. Mantener el estrés ‘a raya’ y controlar la ansiedad en tu día a día te ayudarán a llegar con la cabeza fría al momento del parto. Eso sí: antes de embarcarte en una actividad física de cualquier tipo, consulta antes con tu medico para que te aconseje cual sería la más adecuada para ti.
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