El vehículo de turismo más reciente de la Casa del Caballo Rampante es, en una palabra, espectacular.
A deshacerse de lo viejo y presentar lo nuevo: Ferrari le dijo adiós a su 612 Scaglietti y le dio la bienvenida a su flamante vehículo de turismo, el muy esperado FF. El lujoso vehículo de lujo de cuatro asientos, la nueva insignia de Ferrari, tiene potencia V12, un atrevido estilo "shooting brake" (así llaman los europeos al estilo familiar de alta gama), asientos para cuatro personas y, por primera vez en Ferrari, un radicalmente innovador sistema de tracción en todas las ruedas a tiempo parcial para utilizar en cualquier condición climática.
Las verdaderas cuestiones son: ¿este elegante automóvil de turismo está a la altura del nombre Ferrari? ¿Y puede competir con otros rivales veloces de cuatro puertas, tales como el Bentley Continental GT Speed, el Mercedes CL65 AMG y el Aston Martin Rapide? El motor V12 de 651 caballos de fuerza que se esconde bajo el aerodinámico capó y la tecnología del chasis, inspirada en el 458 Italia, marcan un buen comienzo. Además, no hay dudas de que su aspecto es llamativo.
Línea de modelos
Existe un solo modelo FF, con una única opción de transmisión: la nueva transmisión automática de 7 velocidades con embrague doble de Ferrari, que se incorpora por primera vez a un Ferrari V12.
Como era de esperarse, la lista de prestaciones estándares es generosa e incluye un sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil de 6.5 pulgadas, que incorpora conectividad Bluetooth para teléfonos y transmisión de audio en tiempo real, puertos USB y navegación con representación 3-D y activación por voz. También incluye como equipo estándar asientos delanteros con ajuste electrónico, ajuste lumbar electrohidráulico y memoria de configuraciones.
Aunque podrías pensar que una lista larga de equipos estándares podría limitar la cantidad de opciones disponibles, no es así. La lista de extras es igual de amplia e incluye un sistema de entretenimiento para los asientos traseros y un dispositivo con el extraño nombre de "pantalla de emoción" que permite al acompañante ver desde las revoluciones por minuto del motor hasta por cuánto superaste el límite de velocidad.
En un automóvil de $300,000 como éste, los propietarios querrán dejar su propia marca y personalizarlo. Una visita al centro de talleres de Ferrari en la ciudad de Nueva York ofrece la posibilidad de probar una amplia variedad de terminaciones de exteriores, opciones de cueros, diseños de ruedas e incluso de colores de pinzas de frenos. Por supuesto que el servicio no es gratuito. Con 16 colores estándares, 10 matices retro, tres costosas opciones de pintura en tres capas, y gris mate o plateado para los esclavos de la moda, yo haría el viaje a los talleres sólo para probar las diferentes opciones.
Bajo el capó
Un vehículo insignia de Ferrari merece una potencia acorde, y eso es lo que recibe el FF con su flamante motor V12 de 6.3 litros con cárter seco. La noticia más destacable es la adopción de inyección directa de combustible, lo que pone al FF en la misma línea que los modelos V8 de Ferrari California y 458 Italia. Con 651 caballos de fuerza y unas fornidas 504 libras-pie de par de torsión, este bólido es pura potencia: es capaz de impulsar al Caballo Rampante de 0 a 62 mph en apenas 3.7 segundos y alcanzar una velocidad de 209 mph.
La tecnología HELE (que significa mucha emoción, pocas emisiones) de Ferrari, diseñada para reducir las emisiones de dióxido de carbono en hasta un 23% sin afectar en absoluto el rendimiento, ayuda a atenuar los peores excesos del motor.
Este es un motor Ferrari de la nueva escuela, pero no ha olvidado el entusiasmo de la vieja escuela. La capacidad de alcanzar altas velocidades desde menos de 2000 r.p.m. es una novedad, pero, como siempre, para que el motor se despliegue con toda su majestad tendrás que acercarte más al máximo de 8000 r.p.m. El magnífico bramido orquestal que así se libera te incita a usar aún más tu pie derecho.
Sin embargo, se necesita más que ruido para competir con los V12 turboalimentados de automóviles tales como el Mercedes CL65 AMG y el Bentley Continental GT, y ese es el porqué de que Ferrari haya trabajado tanto para proporcionarle al FF ese excelente gruñido de bajas revoluciones, además del drama de las revoluciones máximas. Se dispone de aproximadamente 403 libras-pie de par de torsión a sólo 1750 r.p.m., mientras que el par máximo no se alcanza hasta las 6000 r.p.m., con lo cual se ofrece una enorme banda de potencia con la cual jugar. Puedes dejarlo avanzar en marcha o mover el mando ubicado a la izquierda del volante y liberar a la bestia. La elección es tuya.
La transmisión semiautomática con doble embrague es capaz de pasar las marchas de manera mucho más convincente que las viejas transmisiones de F1, pero todavía puede aplastarte contra el asiento con apenas mover el manettino. El manettino ("pequeña mano" en italiano") es una interfaz de control montada sobre el volante que ofrece al conductor la posibilidad de elegir entre varios modos de conducción.
Espacio interior
La cabina es espléndida, tapizada con suave cuero de anilina y con una parte frontal que envuelve el compartimiento para pasajeros. Acomódate tras el volante del FF y si has conducido algún Ferrari reciente, como el 599 o el 458, te sentirás de inmediato como en tu casa. El volante cubierto de fibra de carbono, completo con luces de cambio a marchas superiores, tiene un estilo muy de competición para un automóvil de turismo. Al igual que el 458, el FF se deshace de muchos de los controles convencionales de la columna de dirección y coloca controles para las luces, los limpiaparabrisas y otros en el propio volante, con lo cual puede verse algo recargado. Pero esto es tecnología de Fórmula Uno para la carretera y sirve para recordar que Ferrari y el automovilismo van de la mano.
Puedes opinar lo que quieras de esa decisión estilística, pero libera mucho espacio en el interior: pueden viajar con comodidad cuatro personas de seis pies de altura. Los esculpidos asientos traseros son quizá demasiado verticales para ser realmente cómodos, pero la gran cantidad de tenso cuero color caramelo y exquisitamente terminado que exhibe el tapizado crea un ambiente lujoso a la altura de las ambiciones de gran turismo del FF.
El maletero es suficientemente amplio (casi 16 pies cúbicos) como para que los cuatro ocupantes transporten sus pertenencias. Con los asientos traseros plegados, el espacio aumenta a más de 28 pies cúbicos, suficientes para el equipo deportivo que prefieras, sean esquís, palos de golf, equipos para buceo e incluso la bicicleta Pinarello que cuelga de la pared del garaje.
En el camino
Para los compradores sin experiencia con la marca Ferrari (o con superautomóviles en general, como muchos de los clientes de mercados en crecimiento, como China), la idea de un automóvil de 650 caballos de fuerza con tracción trasera puede ser intimidante. Aquí es donde hace su entrada el nuevo sistema con tracción en todas las ruedas: la solución es tan ingeniosa como innovadora.
La mayor parte del tiempo, el FF es un GT tradicional, purista, con tracción trasera fácil de controlar, perfecta distribución de peso del frente a al sector medio, gracias en parte a la caja de cambios montada en transeje.
Los lectores con conocimientos técnicos se preguntarán: "Muy bien, pero ¿cómo ejerce tracción sobre las ruedas delanteras?". Mediante una ingeniosa unidad de embrague y caja de cambios montada directamente en la parte delantera del motor. Las dos primeras marchas funcionan en tándem con las relaciones uno a cuatro de la transmisión principal, con vectorización de par de torsión controlada por computadora y embragues que controlan el equilibrio entre los ejes delantero y trasero a velocidad de carretera. En forma predeterminada, la potencia va dirigida exclusivamente a las ruedas traseras; el eje delantero sólo entra en acción cuando las cajas negras (perfeccionadas con tecnología "predictiva" de Fórmula Uno) perciben que la adherencia en el eje trasero está llegando a su límite.
La novedad de poder acelerar a fondo incluso en nieve compactada es algo que ya nunca podrás olvidar, pero incluso en pavimento seco, el sistema de tracción en todas las ruedas es responsable en gran parte de la formidable tracción del FF. Para nuestra conducción de prueba, Ferrari tuvo la amabilidad de preparar un recorrido con incontables curvas cerradas, ideales para poner esta bestia a prueba. El uso agresivo del acelerador despierta al eje delantero justo en el momento en el cual se siente que la parte trasera está por perder adherencia, sacando al FF de las curvas a increíble velocidad y acompañado del aullido V12.
Con el manettino en modo Sport y usando las pestañas para hacer cambios en forma manual, se puede hacer que el FF se desplace a altas velocidades con mucha convicción para un automóvil grande. Es cierto que no es el 458 o el 599, pero se lo siente relativamente ligero y conducirlo produce toda la emoción que podrías esperar. La enorme banda de potencia, la rápida dirección y el soberbio control sobre la carrocería convierten al FF en una herramienta devastadora para las carreteras secundarias, mientras que el confort y el espacio interior lo hacen igual de bueno para paseos más relajados de larga distancia.
Sólo la sensación del pedal de los frenos de disco de carbono-cerámica de tercera generación nos dio motivo de inquietud. Más tarde, en un revelador recorrido con el piloto de pruebas de Ferrari, Raffaele de Simone, pudimos confirmar que las almohadillas no habían sido ajustadas apropiadamente (tarea que él realizó con gusto para devolver al pedal su intensidad necesaria).
¿Es adecuado para ti?
El FF dejará satisfechos tanto a los puristas de Ferrari como a aquellos que debuten con la marca. Es un triunfo absoluto. El FF brinda toda la emoción que podrías desear y transmite a la vez una sensación de idoneidad para todo clima y toda condición que ninguna Ferrari había ofrecido antes.
Desde las nevadas calles de Aspen, Colorado, hasta los caminos secundarios cubiertos de hojas otoñales de Nueva Inglaterra, este es un Ferrari que puedes disfrutar todo el año. El FF puede hacer mucho más que pavonearse por el Wilshire Boulevard de Los Ángeles.
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