Las casas son más pequeñas; el trabajo, incierto. Ha llegado el momento de soltar, seleccionar y fluir en lugar de acumular..Limpieza general
Mira atentamente tu casa y tu lugar de trabajo. Si eres de las que acumula, descubre el placer de desprenderte de todo ello. Quítalo de tu vista, haz espacio para lo nuevo, vive ligera de equipaje. Muéstrale a tu subconsciente que sabes lo que de verdad importa en la vida y que estás preparada para coger lo que necesitas y empezar de nuevo, una y otra vez.
Di adiós a...
Fiestas sin sentido, bodas, bautizos y comuniones de parientes lejanos a los que llevas años sin ver; solicitudes de amistad en Facebook de gente a la que quieres perder de vista; la agenda de tus hijos, a veces más cargada de eventos que la tuya... ¿Te reconoces? Entonces es hora de hacer limpieza en tu vida social y recuperar el placer de dedicarte a charlar con tus vecinos o a disfrutar de un buen libro (un placer sencillo y, además, barato).
Libérate
El lastre emocional, aunque no se ve, también ocupa espacio. Arrastramos pesadas creencias que ya no nos sirven, ideas preconcebidas que no nos pertenecen, prejuicios que nos limitan, miedos que no nos dejan avanzar. Son mochilas llenas de piedras que impiden el movimiento, la ligereza y la apertura. Revisa cuáles llevas a cuestas y ¡tíralas de una vez!
Economiza
Marcas blancas, cupones de descuento, tiendas on-line que venden a precios reducidos, mercados callejeros… Si estás dispuesta a dejar de pagar por exhibir una marca o por un envase sofisticado, puedes ahorrar más de lo que crees. Dinero que puedes aprovechar, por ejemplo, para inscribir a tu familia en el polideportivo local o los talleres municipales. Y no olvides que las bibliotecas públicas son gratuitas.
Ábrete
Vive sin hacer planes. Lo cierto es que no sabemos lo que va a pasar mañana, y ni una nómina ni un plan de pensiones ni un proyecto de vida trazado al milímetro pueden garantizarnos tanta seguridad. Acepta que la vida tiene sus propias normas, ábrete a lo inesperado y aprende a fluir en medio de las circunstancias, sean beneficiosas o adversas. Y así, una vez que hayas soltado lastre, tendrás las manos libres para nadar a favor de la corriente.
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Mira atentamente tu casa y tu lugar de trabajo. Si eres de las que acumula, descubre el placer de desprenderte de todo ello. Quítalo de tu vista, haz espacio para lo nuevo, vive ligera de equipaje. Muéstrale a tu subconsciente que sabes lo que de verdad importa en la vida y que estás preparada para coger lo que necesitas y empezar de nuevo, una y otra vez.
Di adiós a...
Fiestas sin sentido, bodas, bautizos y comuniones de parientes lejanos a los que llevas años sin ver; solicitudes de amistad en Facebook de gente a la que quieres perder de vista; la agenda de tus hijos, a veces más cargada de eventos que la tuya... ¿Te reconoces? Entonces es hora de hacer limpieza en tu vida social y recuperar el placer de dedicarte a charlar con tus vecinos o a disfrutar de un buen libro (un placer sencillo y, además, barato).
Libérate
El lastre emocional, aunque no se ve, también ocupa espacio. Arrastramos pesadas creencias que ya no nos sirven, ideas preconcebidas que no nos pertenecen, prejuicios que nos limitan, miedos que no nos dejan avanzar. Son mochilas llenas de piedras que impiden el movimiento, la ligereza y la apertura. Revisa cuáles llevas a cuestas y ¡tíralas de una vez!
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Ábrete
Vive sin hacer planes. Lo cierto es que no sabemos lo que va a pasar mañana, y ni una nómina ni un plan de pensiones ni un proyecto de vida trazado al milímetro pueden garantizarnos tanta seguridad. Acepta que la vida tiene sus propias normas, ábrete a lo inesperado y aprende a fluir en medio de las circunstancias, sean beneficiosas o adversas. Y así, una vez que hayas soltado lastre, tendrás las manos libres para nadar a favor de la corriente.
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